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110 Años - Más de un siglo con Historia (1897-2007)
El 31 de octubre de 1897, en un local alquilado en Barracas al Sur (Capital) se realizó la primera reunión de la Alianza Cristiana y Misionera en Argentina. El predicador fue el Pastor Juan Price, oriundo de Estados Unidos. Para diciembre del mismo año, misioneros de la Alianza ya habían comenzado a predicar en Olavarría, La Plata y Azul.
Uno de ellos, de apellido Smart tuvo a su cargo la obra en La Plata, donde en 1903 se inauguró el primer templo. La obra en Olavarría estuvo a cargo de Roberto Logan y en Azul se desempeñaba David Buchanan. Los primeros bautismos que se registraron se hicieron en Olavarría en el año 1900. Entre los años 1901 y 1902 se abrieron obras en la provincia de Entre Ríos, en las ciudades de Gualeguay y Gualeguaychú. Roberto Logan se hizo cargo de ellas mientras que en Olavarría Juan C. Varetto fue el responsable.
También, en julio de 1901 se lanzó el primer número de un boletín informativo llamado: "El Testigo", que luego llegó a ser una pequeña revista. En el Año 1905 con la intención de fomentar más contactos con la gente se abrieron colegios primarios en las ciudades de Azul y Olavarría.
A principios del año 1910, la naciente iglesia de la Alianza Argentina recibió la visita del fundador de la Alianza en los Estados Unidos, el Dr. Alberto Benjamín Simpson. Para esta fecha ya se habían iniciado obras en Hinojo y Laprida. En los años siguientes la Alianza siguió creciendo con la ayuda de nuevos obreros.
En 1914 se abrieron iglesias en Saladillo, General Alvear, Tapalqué, Roque Pérez, Del Carril, Lobos, Puán, Carhué y Guamaní. Otro notable avance se hizo al norte de la provincia de Buenos Aires con la apertura de una obra en Nueve de Julio. en 1916, en Saladillo, se comenzó a publicar: "La Senda Antigua", una revista aliancista dedicada a incentivar la santificación y enseñar sobre la Segunda Venida de Cristo. Al año siguiente en Nueve de Julio se comenzó a publicar "El Evangélico" una pequeña revista con noticias de las congregaciones de la Alianza.
En el mes de Abril de 1920 llegaron a la Argentina los esposos Barnes, quienes tendrían una influencia singular en el desarrollo de la Alianza Argentina. En 1921 se comenzó a trabajar en General Pico, La Pampa y en 1922 se organizó la iglesia en esa ciudad. Desde General Pico los obreros pudieron Evangelizar ciudades y pueblos como Carlos Tejedor, General Villegas, Catriló, Monte Nievas, Salliqueló, French, Patricios, Quiroga y Quemú-Quemú. La década de los 20 representó una época de crecimiento y consolidación de la Alianza.
La primera convención nacional con representantes de todas las iglesias se hizo en 1921. En año siguiente se fundó el Instituto Bíblico de Azul, comenzando las clases con 16 alumnos y a fines del año 1924 se graduó la primera promoción.
La depresión económica de los años 30 hizo que muchos feligreses emigraran hacia Capital Federal en busca de mejores horizontes económicos. La mayoría de los misioneros extranjeros fueron retirados del país. El Instituto Bíblico se vio obligado a cerrar en el año 1932 por problemas financieros. También se suspendió en estos años la Convención. No fue hasta noviembre de 1937 que se volvió a realizar la Convención en Azul. En ella se resolvió que el Instituto se reabriera, pero en Buenos Aires. En el año 1938 y pensando en las revistas que se habían suspendido, se decidió relanzar otra llamada: "Ecos de la Alianza".
En el año 1942, debido a la continuada recesión económica y al aceleramiento del éxodo del campo a las grandes urbes, la Alianza comenzó un nuevo ministerio en Buenos Aires. En junio se organizó la congregación en Liniers. En junio de 1945, se organizó la segunda iglesia en Buenos Aires en el barrio de Boedo. El 15 de mayo de 1946, después de 14 años de estar suspendidas las clases, se reabrieron las puertas del Instituto Bíblico bajo la dirección de los esposos Barnes, ahora en Buenos Aires, en una vieja casona del barrio de Belgrano. En 1947 llegaron a formar parte del equipo de profesores del IBBA otros misioneros, entre ellos los esposos Little.
En el año 1949, debido al crecimiento paulatino del IBBA, se agregó un curso nocturno al diurno. Entre 1952 y 1954, nuevas obras ampliaron el campo de acción de la Alianza: Coghlan (Capital), Villa Jardín, Villa Caraza, Cacharí, José L. Suárez y Darragueira (Pcia. de Buenos Aires). En el año 1959 se organizaron 4 iglesias más: Belgrano (Capital), Comodoro Rivadavia (Chubut), Empalme San Vicente (Buenos Aires) y Paso de los Libres (Corrientes).
Poco después se comenzó la obra en Curuzú Cuatiá, y luego en Sauce (Corrientes). En el año 1960 se abrió el campo misionero con la inauguración en junio de la primera iglesia en la ciudad de Rivera, Uruguay. En la década del 60 se vio la expansión de la obra en Allen (Río Negro), Villa Martelli y Guernica (Buenos Aires), Goya (Corrientes) Asunción (Paraguay), Mar del Plata, Remedios de Escalada, Monte Grande, Jepenner (Buenos Aires), como también Tranqueras y Montevideo en Uruguay. En 1966 se adquirió el Parque Alianza.
Las décadas de los 70 y los 80 fueron años de consolidación y de nuevos desafíos. En 1976 se comenzó la obra en Concordia (Entre Ríos). Otro avance se dio en la Capital Federal con la apertura de Villa Lugano. En 1978 se comenzó la obra en Morón (Buenos Aires), como también la obra en Lomas de Zamora. Ese mismo año, dos congregaciones de Capital Federal- la de Coghlan y la de Urquiza- se unieron conformando la iglesia de Saavedra, para un esfuerzo evangelístico especial con el lema: "Buenos Aires al Encuentro con Dios". En Agosto de 1985, se abrió una segunda iglesia como parte de este proyecto, con comienzo en el barrio de Florida, trasladándose en el año 1988 a la zona de Olivos. En 1987 se lanzó otro esfuerzo misionero nacional en la ciudad de Posadas (Misiones).
La década de los 90 encontró a la Alianza Cristiana y Misionera Argentina con más de 90 iglesias, y con pastores y congregaciones preocupadas por continuar impactando con el Evangelio la sociedad argentina y, a través del esfuerzo misionero, en el mundo.
El apoyo misionero se canalizó primero a Japón y a Bolivia, y luego a Bielorusia. La sociedad argentina tan cambiante y conflictiva obliga a que contínuamente las iglesias revean su trabajo y los pastores orienten la labor para traer respuestas a tan grande desafío.
El Centenario de la obra en Argentina encuentra a toda la iglesia aliancista deseando comprometerse más con Dios, con el Evangelio, con sus raíces históricas y con las demandas de su patria.
El Centenario no tan solo nos llena de gratos recuerdos por todo lo que Dios ha hecho, sino que nos deja desafiados frente al futuro que comienza hoy.
Nuestro mensaje sigue siendo: ¡Jesucristo es quien nos salva, nos sana, nos santifica y el que pronto regresa!
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